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COMPRENDER EL BIENESTAR ANIMAL

Guía de las cinco libertades y su aplicación a los animales silvestres en cautiverio

El término «bienestar animal» se refiere al bienestar y la salud de los animales. Ahora se reconoce y se comprende que todos los vertebrados pueden sentir dolor, sufrimiento y malestar. Los expertos en bienestar animal han trabajado para identificar las condiciones y experiencias que son la causa principal de ese sufrimiento y malestar. Así, donde se puedan controlar esos factores, se podrá minimizar el impacto negativo que tienen en los animales. La conclusión a la que han llegado es que todos los animales tienen las mismas necesidades específicas e inherentes de poder disfrutar de un bienestar a largo plazo, independientemente de las circunstancias que aseguran su supervivencia inmediata.

Como requisito mínimo, todos los animales necesitan:

  • Comida y agua
  • Entorno adecuado en el que vivir
  • Buen estado de salud
  • Oportunidad de manifestar comportamientos naturales
  • Protección ante el miedo y el malestar

Estos cinco puntos son las «Cinco Libertades«.

Las Cinco Libertades forman los requisitos mínimos para numerosos artículos sobre la asesoría y legislación del bienestar animal de todo el mundo, incluyendo la ley del Reino Unido para los zoos de 1981 -UK Zoo Licensing Act of 1981-, la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), y las Guías de Interacción con Animales de la Industria del Turismo del Reino Unido.

El bienestar de los animales silvestres en cautiverio

En una situación de cautiverio, donde hay animales silvestres para ser exhibidos ante el público, también se deben aplicar las Cinco Libertades. Sin embargo, ya que el animal ha evolucionado para desarrollarse en un entorno natural, hay que tener en cuenta otras consideraciones (incluso específicas de cada especie) para asegurar que el entorno artificial satisfaga las necesidades del animal. Reflejando las Cinco Libertades, estas incluyen:

  • Agua y comida
    Acceso al agua limpia y a una dieta equilibrada, representativa de la que tendrían en estado salvaje.
  • Entorno adecuado en el que vivir
    Un entorno que les proporcione refugio, intimidad, y estímulos mentales y físicos.
  • Salud animal
    Medidas para minimizar el riesgo de lesiones, enfermedades, dolencias o infecciones.
  • Oportunidad de manifestar comportamientos naturales
    Medidas para asegurarles suficiente espacio y facilidades para permitir todos los comportamientos naturales.
  • Protección ante el miedo y el malestar
    Tomar precauciones para minimizar el sufrimiento mental, estrés y malestar.

Explicación de las Cinco Libertades:

1. Agua y Comida

Son básicas para la supervivencia, pero, en cautiverio, los animales no pueden cazar presas vivas, ni alimentarse de árboles frutales. En su lugar, se les proporciona comida preparada, generalmente, deshuesada, lavada, cortada y servida en sus platos. Quizás esto le resulte práctico a los cuidadores, pero, para los animales éste método es totalmente falto de interés y tampoco les permite mantenerse mentalmente (y físicamente) ocupados y estimulados. La presentación, la frecuencia y el equilibrio nutricional de las comidas debería reflejar el comportamiento alimentario y la dieta del animal en estado salvaje.

Para muchas especies, la idea de «poquito y a menudo» es mucho más beneficiosa y adecuada que proporcionarles toda su comida en una sola vez. Dándoles toda su comida a la misma hora cada día, los animales seguramente adoptarán una rutina y presentarán una notable angustia antes de su hora de la comida. Además, si se les da una gran cantidad de comida de una sola vez, es probable que no se la terminen, y, por tanto se echará a perder y atraerá a los insectos. Si se les alimenta «poquito y a menudo», contrariamente, se asegura una actividad a lo largo de todo el día. Cosas como esconder la comida entre las grietas, o congelarla dentro de bloques de hielo, colgar la comida de las ramas, o esconderla en complejos sistemas de alimentación, obligan a los animales a trabajar para conseguir alimentarse, además de ofrecerles un entorno más estimulante. Además, los animales que busquen su comida, dedicarán horas a arrancar la corteza de los árboles, buscar el alimento entre las hojas o la paja… Estas alternativas son simples pero eficaces.

En unas instalaciones de cautiverio, es importante considerar la presentación, la frecuencia y el equilibrio nutricional de las comidas. La comida debería ser parte del programa de enriquecimiento para estimular a los animales a manifestar comportamientos naturales de búsqueda de comida, acoso a sus presas, caza, etc.

2. Entorno adecuado en el que vivir

Hay que asegurarles protección frente a la lluvia, el calor, el frío, el sol directo (según se necesite). Pero, además, hay que asegurarse de que el medio en el que vivirá el animal concuerde (a ser posible) con sus necesidades físicas y fisiológicas, incluyendo cosas que tanto le estimulen mentalmente, como fomenten un comportamiento natural.

Albergar a un animal en un lugar estéril, totalmente desprovisto de todo, sin enriquecimiento ambiental, sin «mobiliario», tendrá un efecto negativo en su bienestar. Probablemente desarrollará un comportamiento anómalo, repetitivo (el llamado «comportamiento estereotípico»), auto-mutilación, apatía, excesiva agresividad, y en algunos casos, neurosis extrema.

Es importante recordar que no sólo importa la cantidad de espacio disponible, sino también la calidad, además de que el entorno sea estimulante para los animales. El enriquecimiento ambiental no tiene por qué ser caro ni costar demasiado tiempo, ni siquiera necesita gran innovación. Hay muchas publicaciones que ofrecen consejos acerca de aparatos relativamente sencillos y baratos (específicos para según qué especies) que han mostrado ser estimulantes para el animal tanto mental como físicamente. La clave está en intentar que el medio o el recinto en el que se encuentra el animal sea lo más interesante posible. Se pueden usar cosas como troncos, plataformas, estructuras por las que se pueda trepar, cuerdas, esconder o esparcir la comida, y también, si es posible, con agua en forma de lagos, piscinas, riachuelos, etc., para fomentar el comportamiento natural y estimular el ejercicio regular.

Evidentemente, las necesidades varían según la especie y algunos entornos pueden resultar estimulantes para unas especies y no para otras. Por ejemplo, un animal que vive en las copas de los árboles en la selva tropical, se encontrará mejor en un recinto tridimensional con una compleja disposición de ramas, cuerdas y plataformas a diferentes alturas, y no debería vivir en una isla con hierbas y sin otra cosa a la que encaramarse que un tronco cortado. Igualmente, un animal excavador o un animal que pasa gran parte del día pastando o buscando comida entre las hierbas, no debería estar en una jaula desnuda con suelo de cemento.

3. Salud animal

Hay que hacer lo posible por ofrecer una dieta correcta y un entorno suficientemente higiénico; asegurarse de que los recintos se limpian de excrementos cada día, los platos agua/piscinas/bañeras se limpian regularmente y se toman medidas preventivas para reducir el riesgo de zoonosis (transmisión de enfermedades de animales a humanos y viceversa).

Un animal que no esté sano, puede presentar signos de desnutrición, pérdida de pelo/plumas, heridas/llagas abiertas, ojos llorosos, comportamientos letárgicos o de malestar – siempre hay que consultar con el veterinario.

4. Oportunidad de manifestar comportamientos naturales

Los animales deberían tener la oportunidad de manifestar gran parte de sus comportamientos normales, como harían en su entorno natural. El cautiverio es un entorno antinatural y, por tanto, hay que hacer lo posible por recrear un entorno estimulante física y fisiológicamente, además de satisfacer las necesidades del animal. Si un animal silvestre en cautiverio no tiene la oportunidad de expresar un comportamiento normal, generalmente hay un efecto perjudicial, que a menudo resulta en un empeoramiento de su salud, o la aparición de comportamientos anómalos.

5. Protección ante al miedo y el malestar

El hecho de encerrar a los animales en espacios pequeños, hacinándolos, sin lugar al que escapar del conflicto y la agresión, es algo que hay que evitar. El diseño de los recintos debería permitir tantos comportamientos normales como sea posible, además de ofrecer áreas para escapar y tener intimidad ante otros animales o ante el público. Cosas como agrupaciones sociales, mezclar especies en un mismo recinto, mantener un equilibrio antinatural entre machos y hembras, hacinar a los animales, tener especies depredadoras junto a o bien a la vista de sus presas, son todos ellos factores que provocan miedo y angustia entre los animales.

El miedo y el malestar también pueden aparecer si el animal es apartado de un entorno que le resulta imprescindible para sobrevivir. Por ejemplo, el hecho de sacar un pez o un delfín del agua para enseñarlo o entretener al público, no es una buena práctica y puede conllevar graves problemas para la el bienestar del animal. Igualmente, si apartamos a un animal social de su familia o de su grupo, podemos crearle gran malestar, además de potenciar su nivel de agresividad.

El contacto entre Animales y Humanos

El contacto entre humanos y animales silvestres debe ser mínimo. Una persona tocando acariciando, nadando con o montando sobre un animal silvestre puede resultar una experiencia muy emocionante para el público, pero para el animal ese contacto directo es totalmente antinatural y le provoca un gran malestar y aflicción, haciendo que tanto el animal como la persona corran un grave peligro, a veces mortal. Es importante resaltar que aunque el animal silvestre se haya criado en cautiverio, conserva su comportamiento innato y por tanto, es tan imprevisible como cualquier otro animal silvestre.

El contacto con los animales también conlleva implicaciones con respecto a enfermedades. Algunos patógenos pueden transmitirse de animales a humanos y viceversa. La transmisión de enfermedades entre animales vertebrados y humanos es la zoonosis. Los animales pueden estar infectados o pueden ser portadores de una enfermedad, en cuyo caso no presentan síntomas. Algunas zoonosis son dañinas o incluso letales para los humanos. Por ejemplo: Salmonella, cepas de E. coli , herpes B y ebola. La transmisión también puede darse en el otro sentido, de humanos a animales. Por ejemplo: un humano le puede transmitir un constipado a un primate, el cual le puede ser mucho más perjudicial, o peor, una enfermedad letal como la tuberculosis.